El reggaeton se los llevó al baile

Por WILBERT TORRE
Fotografía DE ANNA WOLF

Una epidemia latina irrumpió en Nueva York para eclipsar al hip hop y arrinconar a la salsa. Sus precursores boricuas lo ven como un triunfo hispano en plena capital de los movimientos musicales y han logrado colocar en las principales estaciones de radio este ritmo que habla de amor, gozo y sexo. Frente al reggaeton, la lambada parece un baile de niños. Mientras los expertos debaten si este género sobrevivirá a la moda, en los clubes nocturnos y en las calles de Harlem y el Bronx se experimenta una tormenta de cuerpos en sintonía.



Eran las 12 de la noche de un domingo de verano y sobre la Quinta Avenida de Nueva York, en el Flatiron District -un barrio de edificios góticos, cafeterías y tiendas de moda-, un racimo de mujeres en tacones altos caminaba con prisa y se detenía en la esquina de la calle 22. Había una larga fila de veinteañeros escandalosos. Diez minutos después, las chicas estaban en el Deep Club, un salón del tamaño de un gran almacén.“¡This is crazy, this is a gozadera, mami!”, sonrió la menor, una linda mulata de 18 que mezclaba palabras en inglés y en español. La pista de baile estaba asfixiada por decenas de parejas y numerosos grupos de cuatro y cinco mujeres que bailaban pegadito, tomándose por la cintura. Se rozaban los pechos y alternaban pasos hacia delante y hacia atrás, formando trenecitos en un contoneo en el que las manos tocaban piernas y glúteos con una sensualidad descarada. Sobre las mesas había charolas color plata con botellas de champaña que sudaban sumergidas en hielo. No era el renacimiento de alguna mítica discoteca neoyorquina de los ochenta, sino uno de esos clubes que se llenan hasta el amanecer. Dos bocinas del tamaño de un muro reventaban un ritmo sincopado: ¡Bum, pam, pam, pam, bum!, y arriba de la pista, desde una cabina elevada, un dj boricua con gorra de beisbolista gritó: “¡Estamos listos Nueva Yoooooork! ¿Qué quiere Nueva Yoooooork?”. La multitud alzó los brazos y un coro respondió casi con furia: “¡Reggaetoooooon!
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